Una proliferación masiva y persistente de algas frente a la costa de Australia del Sur ha devastado el medio marino, matando a aproximadamente un millón de animales y afectando la salud humana. Los investigadores han identificado ahora a la culpable como la especie Karenia cristata, lo que genera preocupación sobre una amenaza internacional potencialmente generalizada debido a una toxina recientemente descubierta.
Entendiendo el desastre ecológico
Durante los últimos ocho meses, la floración ha impactado la asombrosa cifra de 20.000 kilómetros cuadrados de hábitat marino, provocando la muerte de innumerables animales marinos (un millón estimado) pertenecientes a más de 550 especies diferentes. Esta crisis ecológica también plantea riesgos para la salud humana, lo que añade urgencia a la necesidad de realizar más investigaciones.
Identificando al culpable: Karenia cristata
Si bien la proliferación de algas nocivas no es nueva, las algas específicas responsables de este evento están generando una alarma considerable. Karenia cristata sólo había sido documentada previamente en áreas limitadas (cerca de Sudáfrica a finales de los 80 y mediados de los 90, y frente a la costa de Terranova, Canadá), donde se la relacionó con la muerte de peces. Esta identificación es un paso fundamental para comprender y abordar la crisis actual.
Una nueva toxina: las brevetoxinas y su impacto
Los investigadores han descubierto que esta cepa particular de K. cristata produce un nuevo tipo de toxina: las brevetoxinas. Estas toxinas, que pertenecen a una clase de compuestos que se sabe que causan daño a los nervios en la vida marina, también pueden dañar gravemente las branquias de los peces y son dañinas para los humanos si se inhalan o ingieren. Esta nueva producción de toxinas es un factor clave en el impacto generalizado de la floración.
“Sabemos que puede florecer en otros países del mundo”, explica Shauna Murray de la Universidad Tecnológica de Sydney. “Ahora sabemos que cristata produce brevetoxinas y que puede provocar estos brotes de algas nocivas que son tan enormes y tan perturbadores y que duran ocho meses. Es una amenaza internacional”.
Escala e impacto sin precedentes
La floración del sur de Australia se destaca por su duración y tamaño, ubicándose entre las floraciones de algas más destructivas y extendidas jamás registradas a nivel mundial desde 1985. Los investigadores han documentado casi 850 floraciones de algas marinas mortales en todo el mundo durante este período, pero la escala del evento actual es verdaderamente excepcional.
Posibles desencadenantes y preocupaciones globales
Si bien la causa precisa de esta proliferación masiva aún no está clara, los investigadores sospechan que las temperaturas más cálidas del mar pueden haber desempeñado un papel importante. La floración comenzó durante una severa ola de calor marina, donde las temperaturas del agua fueron 3°C más altas de lo habitual, y persistió incluso después de que las temperaturas del agua comenzaron a enfriarse en mayo de 2025. Esta longevidad inesperada plantea preguntas sobre los factores que permitieron que la floración continuara.
Christopher Keneally, de la Universidad de Adelaide, destaca un punto crucial: “Anteriormente se pensaba que la especie Karenia dominante en la floración era Karenia mikimotoi, de la que no se sabe que produzca brevetoxinas. Se desconoce mucho sobre cómo las toxinas específicas producidas por esta especie afectan a los humanos”.
Dado el potencial de la especie para prosperar en varias regiones costeras del mundo, los investigadores enfatizan la urgente necesidad de identificar los desencadenantes que podrían iniciar futuras floraciones.
“Dada la amplia distribución global de esta especie, es probable que ya esté presente en baja abundancia en muchas zonas costeras de todo el mundo”, añade Keneally. “A medida que comenzamos a ver que las temperaturas de la superficie del mar aumentan, junto con altos nutrientes en la mayoría de las áreas costeras urbanizadas, podemos esperar con seguridad ver más organismos formadores de floraciones”.
El descubrimiento de esta especie Karenia cristata productora de toxinas resalta el potencial de amenazas emergentes para los ecosistemas marinos y la salud humana en todo el mundo, enfatizando la importancia de los esfuerzos continuos de investigación y monitoreo.






















































