La antigua vida humana prosperó en el ahora árido desierto árabe

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Nuevos descubrimientos arqueológicos confirman que los antiguos homínidos habitaban los paisajes ahora áridos del noreste de Arabia Saudita, lo que revela un ecosistema que alguna vez fue próspero sustentado por condiciones más húmedas. La investigación, centrada en una región no estudiada previamente entre Qatar y Kuwait, descubre evidencia de presencia humana que se remonta a 100.000 años. Esto desafía la percepción de Arabia como una barrera histórica a la migración, lo que sugiere que los cambios climáticos pasados ​​crearon períodos en los que la región era habitable.

Un mundo perdido revelado

Durante décadas, la península arábiga ha sido pasada por alto en los estudios sobre las primeras migraciones humanas. Sin embargo, los científicos sabían que la región alguna vez recibió suficientes precipitaciones para sustentar una vida vegetal y animal robusta. El nuevo estudio se centró en 79 cuevas y áreas circundantes, buscando específicamente ubicaciones cerca de antiguos lechos de ríos y depósitos de pedernal, un material crucial para la fabricación de herramientas.

“Las cuevas suelen ser lugares importantes para registros arqueológicos, fósiles y climáticos”, afirma Huw Groucutt de la Universidad de Malta, investigador principal del proyecto.

El equipo encontró evidencia de actividad de homínidos en múltiples cuevas, incluido un sitio lleno de más de 400 herramientas de piedra. Los restos de animales descubiertos junto con los artefactos incluyen camellos, gacelas, hienas, lobos, reptiles y aves. El gran volumen de huesos conservados proporciona una visión sin precedentes de los ecosistemas árabes del pasado.

Momento e implicaciones

El análisis de las herramientas sugiere que los homínidos ocuparon estas cuevas hace entre 10.000 y 100.000 años. Este período coincide con períodos en los que las condiciones climáticas permitieron un aumento de la vegetación y las poblaciones de animales.

Monika Markowska, de la Universidad de Northumbria, que no participó en la investigación, explica que los hallazgos demuestran que Arabia no siempre fue una barrera para el movimiento. En cambio, “las ventanas de oportunidad impulsadas por el clima pueden haber creado condiciones más favorables para la ocupación y la migración”.

Por qué esto es importante

La Península Arábiga ha sido considerada durante mucho tiempo un cuello de botella geográfico que obstaculiza, en lugar de facilitar, la dispersión humana. Estos descubrimientos reescriben esa narrativa. La evidencia sugiere que las poblaciones antiguas aprovecharon los períodos de aumento de las precipitaciones para moverse a través de la región, conectando potencialmente África, Asia y Europa.

Michael Petraglia, de la Universidad Griffith, enfatiza que esta investigación es sólo un paso en un esfuerzo mayor para comprender los ecosistemas dinámicos de Arabia. Los hallazgos resaltan la importancia de continuar la exploración en esta región poco estudiada.

El desierto de Arabia alguna vez proporcionó un camino viable para los antiguos homínidos. Este estudio demuestra que el clima jugó un papel crucial en la configuración de los patrones migratorios, convirtiendo lo que ahora es una barrera árida en un puente temporal para los primeros humanos.