RFK Jr. ordena a los CDC que revisen la postura sobre vacunas y autismo, citando incertidumbre científica

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Robert F. Kennedy Jr., el actual Secretario de Salud, ha revelado que ordenó directamente a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) que modificaran su posición de larga data sobre el vínculo entre las vacunas y el autismo. El cambio ahora refleja que la afirmación de que “las vacunas no causan autismo” no está definitivamente “basada en evidencia”, una medida que señala una desviación significativa del consenso científico establecido.

Desafiando la ciencia establecida

Kennedy reconoció en una entrevista que los estudios epidemiológicos a gran escala no han logrado demostrar una conexión entre la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR), o el conservante a base de mercurio timerosal, y las tasas de autismo. Sin embargo, sostiene que persisten lagunas en la investigación sobre la seguridad de las vacunas, específicamente en lo que respecta a las vacunas administradas durante el primer año de vida, incluidas la vacuna contra la hepatitis B y la vacuna combinada contra la difteria, el tétanos y la tos ferina.

Afirma que, si bien no afirma que las vacunas causan el autismo, los datos científicos existentes no prueban de manera concluyente que no lo hagan. Esta postura desafía directamente décadas de mensajes de salud pública y el consenso de las principales organizaciones médicas.

“Todo eso de que ‘las vacunas han sido probadas y se ha tomado esta determinación’ es simplemente una mentira”, afirmó Kennedy, afirmando que la frase “las vacunas no causan autismo” carece de suficiente respaldo científico.

Intervención sin precedentes

La intervención directa del Secretario de Salud en la orientación científica es muy inusual. Por lo general, dichas revisiones provienen de científicos de la agencia y se someten a procesos de revisión. Las acciones de Kennedy, arraigadas en sus dos décadas de activismo en materia de vacunas, demuestran una intención deliberada de remodelar los mensajes de salud pública a pesar de los debates en curso sobre la Ley de Atención Médica Asequible y otras cuestiones urgentes de política sanitaria.

Por qué esto es importante

Esta decisión plantea preguntas críticas sobre el papel de la influencia política en la salud pública. Si bien reconoce las investigaciones existentes, la directiva de Kennedy introduce incertidumbre en el discurso sobre la seguridad de las vacunas, lo que podría socavar la confianza del público en las recomendaciones médicas establecidas. La medida también destaca una tendencia más amplia de desafiar la autoridad científica, particularmente en temas de salud delicados, y sugiere una voluntad de priorizar puntos de vista alternativos sobre el consenso establecido.

La guía revisada de los CDC, impulsada por la directiva del Secretario de Salud, podría tener implicaciones significativas para la toma de decisiones de los padres con respecto a las vacunas, así como el debate en curso sobre los mandatos de vacunas y las políticas de salud pública. Este cambio subraya una tensión creciente entre las agendas políticas y las prácticas de salud pública basadas en evidencia.