Agujero negro fugitivo confirmado: primer objeto supermasivo expulsado de la galaxia

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Durante décadas, los científicos teorizaron que los agujeros negros supermasivos podrían ser expulsados violentamente de sus galaxias anfitrionas. Ahora, las observaciones del Telescopio Espacial James Webb (JWST) han confirmado definitivamente la existencia de tal objeto, llamado RBH-1. Este agujero negro, con al menos 10 millones de veces la masa de nuestro Sol, se desplaza por el espacio a aproximadamente 954 kilómetros por segundo, más de un tercio de la velocidad de la luz.

El descubrimiento de RBH-1

Identificado por primera vez en 2023, inicialmente se sospechó que RBH-1 era un agujero negro desbocado debido a su trayectoria inusual y a un enorme arco de choque que se estaba formando delante de él, con un rastro de formación de estrellas que se extendía 200.000 años luz detrás. Observaciones recientes del JWST, dirigidas por el astrofísico Pieter van Dokkum, han verificado estos primeros hallazgos. De hecho, el agujero negro se está alejando rápidamente de su galaxia madre, dirigiéndose hacia el espacio intergaláctico.

¿Cómo sucedió esto?

La explicación principal es una patada gravitacional resultante de la fusión de un agujero negro supermasivo. Cuando dos agujeros negros chocan, la liberación asimétrica de energía puede impulsar el agujero negro resultante, más grande, hacia afuera a velocidades increíbles. Las simulaciones y observaciones previas sugieren que estos eventos son más comunes de lo que se pensaba, y esto confirma que suceden.

Por qué esto es importante: Este descubrimiento proporciona evidencia directa de un fenómeno predicho desde hace mucho tiempo en astrofísica. Muestra que los agujeros negros no siempre están anclados a centros galácticos; pueden ser expulsados ​​al vacío, influyendo potencialmente en la evolución de las galaxias y del universo en general.

Midiendo la velocidad: el arco de choque

Los investigadores utilizaron el instrumento NIRSpec de JWST para analizar la distribución de velocidades dentro del arco de choque: el gas comprimido y el polvo frente al agujero negro mientras atraviesa el medio circungaláctico. El desplazamiento hacia el azul (compresión de la luz hacia longitudes de onda más cortas) observado delante del choque y el corrimiento hacia el rojo (estiramiento de la luz hacia longitudes de onda más largas) detrás de él revelaron una dramática diferencia de velocidad: el material detrás del choque se mueve 600 kilómetros por segundo más rápido que el material en frente. Esta estructura sólo puede explicarse por un objeto masivo de alta velocidad.

Las implicaciones para los agujeros negros rebeldes

Este no es un caso aislado. La evidencia sugiere que puede haber un número significativo de agujeros negros supermasivos errantes vagando por el universo, sin ser detectados e invisibles en la oscuridad del espacio intergaláctico. La confirmación de RBH-1 valida modelos teóricos y abre nuevas vías para estudiar estos objetos esquivos.

“RBH-1 es una validación empírica de la predicción de hace 50 años de que las SMBH pueden escapar de sus galaxias anfitrionas”, según los investigadores.

El descubrimiento de RBH-1 confirma que los agujeros negros supermasivos pueden escapar de sus galaxias mediante retroceso gravitacional o interacciones entre múltiples cuerpos. Esto proporciona una nueva pieza del rompecabezas en nuestra comprensión de cómo estos objetos masivos dan forma a la evolución del universo.

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