Una terrible ola de muerte azota los lagos amazónicos. En 2023, durante una de las peores sequías y olas de calor jamás registradas, la temperatura del agua se disparó a niveles alarmantes, lo que provocó mortandades masivas entre los habitantes del delicado ecosistema. Algunas áreas alcanzaron la asombrosa temperatura de 41 grados Celsius (105,8 grados Fahrenheit), una desviación sorprendente de las condiciones típicas de los lagos amazónicos.
La sombría escena se desarrolló de manera más trágica en el lago Tefé, donde más de 200 cadáveres de delfines de río flotaron en la superficie. Este alarmante espectáculo motivó una investigación inmediata por parte de investigadores del Instituto Mamirauá para el Desarrollo Sostenible en Brasil. Sus hallazgos, publicados en la revista Science, pintan un panorama sombrío de colapso ambiental desencadenado por una combinación catastrófica de factores.
El equipo desplegó observaciones tanto satelitales como terrestres. Midieron las temperaturas directamente en diez lagos durante la sequía de 2023 y analizaron datos satelitales históricos que abarcan tres décadas en veinticuatro lagos para rastrear las tendencias de calentamiento. También se utilizaron modelos informáticos para identificar las causas precisas detrás de esta ola de calor sin precedentes.
Un cóctel devastador de factores del cambio climático
Cinco de los diez lagos monitoreados superaron una temperatura letal de 37 grados Celsius (98,6 grados Fahrenheit) para la vida acuática. Para aumentar el peligro, las oscilaciones diarias de temperatura alcanzaron hasta 13 grados Celsius (23,4 grados Fahrenheit). Este estrés térmico extremo resultó fatal para los peces y otras criaturas que no tenían dónde escapar del calor sofocante.
El lago Tefé es un ejemplo escalofriante de esta tragedia en acción. Los investigadores descubrieron que la intensa radiación solar, combinada con una profundidad de agua inusualmente baja y aguas turbias que absorbían en lugar de reflejar la luz solar, creaban una trampa ineludible. Las bajas velocidades del viento impidieron cualquier circulación crucial que podría haber atenuado el calor. El calor llegó incluso al fondo del lago, sin dejar ningún lugar donde los animales pudieran buscar refugio.
Este verano mortal exacerbó una tendencia a largo plazo: los lagos amazónicos se están calentando a un ritmo alarmante de 0,6 grados Celsius por década durante los últimos treinta años. El evento de 2023 revela cuán rápido estos ecosistemas vitales pueden alcanzar puntos de ruptura ante la intensificación del cambio climático.
Una dura advertencia para el futuro
Los autores del estudio advierten que este evento catastrófico es un vistazo funesto al futuro de los lagos amazónicos y, de hecho, de los sistemas tropicales de agua dulce a nivel mundial. Sin una acción inmediata para mitigar el cambio climático, es probable que estas olas de calor mortales se conviertan en algo común y representen una amenaza existencial tanto para las poblaciones humanas como para la increíble biodiversidad que reside en estos ecosistemas cruciales.
“Se necesitan medidas urgentes”, afirma el equipo de investigación. Enfatizan la necesidad crítica de un monitoreo ambiental continuo de los ecosistemas lacustres vulnerables como los lagos Tefé y Coari. Este enfoque proactivo actuará como un sistema de alerta temprana para futuras crisis climáticas, permitiendo intervenciones oportunas para salvaguardar el irremplazable patrimonio natural de la Amazonía.






















































