Luna Nueva descubierta orbitando el lejano mundo Quaoar

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Los astrónomos han confirmado la existencia de una segunda luna orbitando el objeto transneptuniano (TNO) Quaoar, un cuerpo parecido a un planeta enano que reside en el helado cinturón de Kuiper, más allá de Neptuno. Este descubrimiento añade otra capa de complejidad a un sistema ya de por sí intrigante, que también incluye dos anillos prominentes. La luna recién identificada es excepcionalmente pequeña (se estima que tiene sólo 38 kilómetros de diámetro), lo que la convierte en el satélite más débil jamás detectado alrededor de un TNO.

Quaoar y su inusual sistema

Quaoar, descubierto en 2002, tiene aproximadamente 1.100 kilómetros de diámetro y orbita alrededor del Sol a una distancia promedio de 45 unidades astronómicas (UA), lo que significa que tarda 284,5 años en completar una sola órbita. Es parte del Cinturón de Kuiper, una región poblada por restos helados de la formación del sistema solar.

La primera luna, Weywot, fue encontrada en 2006 y es más grande, con 80 kilómetros de diámetro. Sin embargo, el verdadero enigma que rodea a Quaoar reside en sus anillos (Q1R y Q2R), que desafían explicaciones simples. Estos anillos están ubicados fuera del límite de Roche, la distancia a la que las fuerzas de marea normalmente destrozarían un cuerpo sólido. Esto significa que no se mantienen unidos únicamente por la gravedad.

Anillos, lunas y orígenes de colisiones

La órbita de la luna nueva, estimada en 3,6 días, sugiere que interactúa gravitacionalmente con el anillo más externo de Quaoar (Q1R). Los propios anillos parecen estar influenciados por resonancias con la forma irregular del propio Weywot y Quaoar. Esta intrincada interacción sugiere que los anillos y las lunas pueden haberse formado a partir de un único y amplio disco de escombros después de una colisión u otro evento perturbador.

El hecho de que los anillos existan, dada su ubicación más allá del límite de Roche, es inusual. Los científicos creen que el sistema todavía está evolucionando y estudiarlo puede revelar detalles sobre cómo se formaron estos objetos distantes.

Desafíos de detección y perspectivas futuras

La luna nueva es débil (entre 9 y 10 magnitudes más tenue que el propio Quaoar) y está cerca del planeta, lo que hace que sea increíblemente difícil de observar con los telescopios actuales. Ni siquiera el telescopio espacial James Webb ha confirmado definitivamente su presencia en imágenes directas.

Sin embargo, Quaoar está en una posición favorable para más ocultaciones estelares: eventos en los que el objeto pasa por delante de una estrella, lo que permite a los astrónomos detectar objetos débiles cerca de ella. Este método reveló en primer lugar los anillos y el candidato a luna nueva.

Es probable que las generaciones futuras de telescopios puedan observar la luna directamente. Por ahora, el descubrimiento ofrece pruebas sólidas de que el sistema de Quaoar es mucho más complejo de lo que se pensaba anteriormente.

El estudio de los inusuales anillos y lunas de Quaoar podría proporcionar información clave sobre la formación y evolución de los TNO, arrojando luz sobre la historia temprana de nuestro sistema solar.

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