Interior de Titán: ¿Sin océano, sólo bolsas de agua?

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Es posible que Titán, la luna más grande de Saturno, no albergue un vasto océano subterráneo como se sospechaba anteriormente. Una nueva investigación sugiere que en lugar de un mar global debajo de su capa helada, Titán probablemente contenga bolsas dispersas de agua líquida dentro de una capa de hielo fangoso a alta presión.

Lo que creíamos saber

Durante años, los científicos creyeron que las sutiles distorsiones de Titán bajo la gravedad de Saturno indicaban un océano sustancial bajo la superficie. Esta idea surgió de observaciones que sugerían que la luna se flexionaba de una manera consistente con un gran depósito de líquido. Titán es único en nuestro sistema solar: es más grande que el planeta Mercurio y la única luna con una atmósfera densa y líquido estable en su superficie, aunque ese líquido es principalmente metano y etano, no agua.

Cómo los nuevos datos cambiaron la imagen

El científico planetario Flavio Petricca y su equipo volvieron a analizar los datos de la misión Cassini de la NASA utilizando técnicas refinadas para interpretar señales de seguimiento de radio. Sus hallazgos indican que Titán resiste la atracción gravitacional de Saturno mucho más fuerte de lo esperado. Esta resistencia sugiere que el interior de Titán no está sostenido por un océano extenso, sino que es una densa capa de hielo cerca de su punto de fusión. Esta capa de hielo, sometida a una intensa presión, probablemente contenga bolsas aisladas de agua líquida.

El papel del calor y el tiempo

Es posible que Titán alguna vez haya tenido un océano global al principio de su historia. Con el tiempo, ese océano probablemente se congeló debido a la falta de calor debido a la desintegración radiactiva dentro de su núcleo. Sin embargo, Petricca sugiere que la luna podría estar entrando ahora en una fase en la que el calentamiento interno está aumentando nuevamente. La presencia o ausencia de un océano lleno no necesariamente dicta la habitabilidad, y aún no está claro si estas bolsas de agua aisladas mejoran o disminuyen el potencial de Titán para sustentar vida.

¿Qué sigue?

La misión Dragonfly de la NASA, programada para llegar a Titán en la década de 2030, proporcionará datos cruciales sobre la geología y la estructura del subsuelo de la luna. Esta misión podría aclarar si el interior de Titán está cambiando hacia un estado más líquido. El descubrimiento plantea dudas sobre la prevalencia de mundos oceánicos en nuestro sistema solar; pueden ser menos comunes de lo que se creía anteriormente.

El nuevo estudio sugiere que los océanos subterráneos pueden no ser tan omnipresentes como pensaban los científicos, desafiando las suposiciones sobre la habitabilidad planetaria.