El genoma del calamar vampiro revela antiguos secretos de los cefalópodos

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Se ha secuenciado completamente el genoma del calamar vampiro (Vampyroteuthis infernalis ), una criatura de las profundidades marinas a menudo llamada “fósil viviente”, por primera vez, lo que proporciona información crucial sobre la evolución de calamares y pulpos. Durante décadas, los científicos han tratado de comprender cómo estos dos grupos distintos se separaron de un ancestro común, y la estructura genética sorprendentemente bien conservada del calamar vampiro ofrece una pieza fundamental de ese rompecabezas.

Un eslabón perdido en la evolución de los cefalópodos

El calamar vampiro ocupa una posición única en el árbol evolutivo, ya que pertenece al orden de los pulpos pero conserva fuertes similitudes genéticas con los calamares y las sepias. Este descubrimiento, publicado en iScience el 27 de noviembre, confirma que sus cromosomas se parecen mucho a los de sus parientes los calamares, a pesar de su clasificación como octópodo. Esto sugiere que el genoma del ancestro común de los calamares y pulpos modernos puede haber sido muy similar al genoma del calamar vampiro hace unos 300 millones de años.

Tamaño y estabilidad del genoma

El estudio reveló que el calamar vampiro tiene un genoma excepcionalmente grande: aproximadamente 11 mil millones de pares de bases, casi cuatro veces el tamaño del genoma humano. Sin embargo, a diferencia de los pulpos modernos, que sufren frecuentes reorganizaciones cromosómicas, el genoma del calamar vampiro se ha mantenido notablemente estable, manteniendo su disposición ancestral similar a la del calamar. Esta preservación es importante porque proporciona una imagen más clara de cómo eran los genomas de los cefalópodos antes de la divergencia evolutiva que condujo a los pulpos y calamares actuales.

Clasificación errónea histórica y rareza

La clasificación del calamar vampiro ha cambiado con el tiempo. Inicialmente confundido con un pulpo cirrato debido a sus brazos palmeados en 1903, luego fue reclasificado en su propio orden, Vampyromorphida, en la década de 1950. Esta clasificación reconoce sus características únicas, ni completamente de calamar ni de pulpo. La dificultad para estudiar estas criaturas se ve agravada por su hábitat en las profundidades marinas, su naturaleza solitaria y su escasa supervivencia en cautiverio. Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que desbloquear el genoma del calamar vampiro resolvería cuestiones clave sobre la evolución de los cefalópodos.

Implicaciones para la investigación de cefalópodos

La secuenciación del genoma del calamar vampiro es una gran victoria para los investigadores de cefalópodos, que han luchado por estudiar esta esquiva especie. Bruce Robison, científico principal del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey (MBARI), señala que los hallazgos “refuerzan la idea… de que los vampiros serían la clave del rompecabezas”. La estabilidad del genoma y sus características ancestrales lo convierten en un recurso valioso para comprender cómo han evolucionado los genomas de los cefalópodos a lo largo de millones de años.

El genoma del calamar vampiro ofrece una ventana al pasado, revelando el modelo genético de un antiguo linaje de cefalópodos que se ha mantenido prácticamente sin cambios durante cientos de millones de años. Este descubrimiento subraya la importancia de estudiar especies raras y difíciles de alcanzar para desbloquear secretos fundamentales de la historia evolutiva.